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El IMAX de Madrid se encuentra en el año 2098. Sirvió de refugio durante la Tercera Guerra Mundial, sobrevivió a la lluvia ácida del fatídico invierno de 2073 y actualmente lo frecuentan hordas de zombis que cruzaron desde el otro lado del Manzanares. pic.twitter.com/6oc4iC6niq
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 2 de mayo de 2018
La raza humana quedó reducida a una cifra anecdótica, con los supervivientes encerrados en sus hogares. Tan solo unos pocos consiguen reunir el valor suficiente para salir a las calles. Este es Juan. Se aferra a la cordura simulando que camina hasta su antiguo puesto de trabajo. pic.twitter.com/gD2SYk08tK
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 2 de mayo de 2018
A todos nos sorprendió que la llegada de los marcianos terminase siendo una buena noticia. Ciento noventa y tres naves extraterrestres se materializaron sobre los cielos de Madrid, alterando el espacio-tiempo a su paso. pic.twitter.com/lKZ8M9Dp2w
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 2 de mayo de 2018
El primero en alertarnos fue Juan. La vio en uno de sus paseos. Una columna griega de orden jónico se había materializado en mitad de la M-30. pic.twitter.com/XwR5TER3M0
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 2 de mayo de 2018
Ahora que Madrid alberga espacios ubicados en diferentes épocas, quizá tengamos la oportunidad de corregir nuestros errores pasados. Quizá se pueda evitar este desastre. Por primera vez en mucho tiempo miramos al cielo y sentimos algo parecido a esperanza.
Seguiré informando. pic.twitter.com/YGHTcQRL4V
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 2 de mayo de 2018
La situación se agrava por momentos. A primera hora de la mañana Esther ha reportado la aparición en escaparates de los famosos carteles que denunciaron el colapso económico durante el otoño de 2023. pic.twitter.com/azFpASKrGE
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 3 de mayo de 2018
Horas después, toda la zona centro de Madrid se ha llenado de las pintadas con las que nos comunicábamos en 2036 tras la Terrible Gran Caída de Internet. Anna ha conseguido frenar la aparición de más mensajes contestando a todos los que ha localizado. pic.twitter.com/A2Z2hrK8ni
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 3 de mayo de 2018
Ha sido la prueba que necesitábamos. El pasado se puede alterar. Lamentablemente, nuestra celebración ha durado poco. Al reunirnos con Xabier, nos ha mostrado la prueba que confirma que, además del tiempo, el espacio también se está modificando con ecos de un universo paralelo. pic.twitter.com/t0SuOgWLKK
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 3 de mayo de 2018
Esther, Anna y Xabier siguen pareciendo los supervivientes que conocíamos, pero ahora aseguran llamarse Ester, Ana y Xavier. Así que hemos de actuar rápido. No sabemos qué cambios experimentaremos en las próximas horas. La de hoy va a ser una noche larga.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 3 de mayo de 2018
Un alarido nos ha despertado en mitad de la noche. Provenía de la habitación de Ester. Al entrar y encender la luz la hemos encontrado tirada en el suelo, disuelta, convertida en un charco de agua. pic.twitter.com/ImgwgXQC1Z
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 4 de mayo de 2018
Ana no ha corrido mejor suerte. Cuando Juan ha salido para darle el relevo estaba donde esperaba, en su puesto de guardia, pero transformada en un buzón de propaganda como los que fabricaba su padre. Su espeluznante cara de asombro nos ha sobrecogido a todos. pic.twitter.com/vzwlqsVd4D
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 4 de mayo de 2018
Lo último que hemos sabido de Xavier ha quedado registrado en una llamada telefónica. Segundos después de avisarnos de que los espacios ubicados en diferentes épocas han desaparecido, Xavier ha mutado en ladrillo. Parece que no ha sido el único en hacerlo. pic.twitter.com/MpznSxF1Wm
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 4 de mayo de 2018
Estamos devastados. Las puertas al pasado han desaparecido. Las mutaciones se suceden. Nuestra única esperanza es Francisco: asegura que su cerebro también ha mutado, evolucionando hasta territorios más allá de lo humano. Tiene un plan. Está redactándolo.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 4 de mayo de 2018
Francisco nos ha facilitado los planos de una máquina que nos permitirá retroceder en el tiempo. Gracias a su cerebro hiperevolucionado está convencido de que funcionará. Ernesto y Jeremías se han ofrecido a construirla. pic.twitter.com/Bat6WCfYmy
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 5 de mayo de 2018
Los días son interminables desde la compresión temporal que sufrimos desde el evento cósmico de 2064, pero gracias a este fenómeno, Ernesto y Jeremías han conseguido dejar lista la máquina en tan solo dos horas. Todo está preparado para nuestro viaje. pic.twitter.com/XEa8UIJhtJ
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 5 de mayo de 2018
Los supervivientes nos hemos reunido en el interior de la máquina. Francisco hace los honores poniéndola en marcha. La energía que emana el reactor positrónico nos sincroniza. La realidad se tambalea a nuestro alrededor. Nuestro destino: 6 de mayo de 2018.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 5 de mayo de 2018
Estamos en 2018, pero a qué precio. Más de la mitad no han llegado a materializarse. De los 38 que lo hemos conseguido, 17 han explotado al finalizar el viaje. Hemos salido de la máquina cubiertos de la sangre y vísceras de nuestros compañeros, dejando un rastro a nuestro paso. pic.twitter.com/ziLMKrxeOo
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 6 de mayo de 2018
El viaje nos ha dejado desorientados y hambrientos. Necesitamos reponer fuerzas antes de poner en marcha nuestro plan para corregir el futuro. Hemos encontrado un antiguo bar. Esperamos que la gastronomía local sacie nuestra hambre. pic.twitter.com/FYpxj5ZGOj
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 6 de mayo de 2018
Hemos acabado con los alimentos del establecimiento, pero continuamos hambrientos. La teoría más popular es que el viaje ha modificado nuestra estructura molecular. Nos hemos encerrado en una casa. Nos cuesta razonar. Hay mucha hostilidad entre nosotros.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 6 de mayo de 2018
Hemos despertado caníbales. Sandra se ha lanzado a devorar a Mateo mientras Mateo mordía a Rafael y Rafael masticaba restos de Lorena. Entre todos nos hemos comido a Francisco. Sus últimas palabras antes de perder la lengua han sido «construid esto». pic.twitter.com/7DPU8Iyn5A
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 7 de mayo de 2018
Son cabinas interdimensionales. Entraremos por una y al salir por la otra nos encontraremos en un universo diferente al nuestro. Otra realidad. El proceso puede ajustar nuestra estructura molecular para librarnos de este canibalismo.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 7 de mayo de 2018
Ha funcionado. Nuestro apetito caníbal ha desaparecido. Nos encontramos en otro mundo, idéntico al nuestro salvo por un detalle: sus habitantes viven sometidos bajo una dictadura cromática. pic.twitter.com/eCltIaqmqy
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 8 de mayo de 2018
Aquí todo es rojo, azul, verde, amarillo o morado. Según la zona o las personas predomina un color u otro y rara vez se mezclan. Nos está costando pasar desapercibidos. La gente nos mira, señala y hasta persigue. Comienzan a ser conscientes de que no pertenecemos a este mundo. pic.twitter.com/K2SGcyuufM
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 8 de mayo de 2018
Nos hemos refugiado en el único espacio multicolor de todo el planeta. Las cabinas interdimensionales funcionan con energía solar, estarán completamente cargadas dentro de una hora. Hemos de volver a nuestro mundo. El futuro que hemos de corregir nos espera.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 8 de mayo de 2018
Hemos viajado a otro universo. Es idéntico al nuestro salvo por un detalle: en éste, debido a un complejo problema de fotosensibilidad nocturna que padecen sus habitantes, el alumbrado público se mantiene encendido por el día y se apaga por la noche.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 9 de mayo de 2018
Hemos viajado a otro universo. Es idéntico al nuestro salvo por un detalle: en éste, debido a una alteración genética que invierte la posición natural de los ojos de sus habitantes, los vinilos de los escaparates se pegan en sentido contrario al recomendable.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 10 de mayo de 2018
Hemos viajado a otro universo. Es idéntico al nuestro salvo por un detalle: en éste, debido a una extinción que no tuvo lugar, los dinosaurios todavía existen y algunos se dedican a entretener a los humanos más jóvenes agrupándose de cien en cien.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 11 de mayo de 2018
Estamos de vuelta en nuestro universo y no somos los únicos que lo han hecho. La mitad de nuestros compañeros desaparecidos durante el viaje al pasado se materializaron mientras saltábamos por el multiverso. Les hemos visto en televisión. Son noticia. Su canibalismo es extremo. pic.twitter.com/eRF9uoBA1M
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 12 de mayo de 2018
No podemos arriesgarnos a cruzar con ellos por las cabinas. Quizá no volvamos a encontrar el camino de vuelta, y dado su estado nada nos garantiza que el proceso de ajuste molecular funcione con ellos. Hemos conseguido reunirlos. Estamos tratando de apaciguar su hambre. pic.twitter.com/WGdb0fLk9C
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 12 de mayo de 2018
No lo conseguimos. Solo la carne humana les tranquiliza. Álvaro propone que acabemos con ellos, pero nos frena que pese a todo sigan siendo nuestros compañeros. Sofía cree que podemos dar con alguna solución. Mientras decidimos qué hacer les hemos encerrado.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 12 de mayo de 2018
Se han escapado. Las cadenas no han resistido la fuerza bruta de nuestros compañeros caníbales. Al liberarse han devorado a Álvaro sin que pudiéramos hacer nada para impedirlo. Les estamos persiguiendo. Tenemos una idea. pic.twitter.com/k4ZEeqcsW2
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 13 de mayo de 2018
Hemos conseguido conducirles hasta la máquina del tiempo. Sofía ha entrado en su interior: es el cebo. Se ha sacrificado por todos nosotros. Ha conseguido encerrarles allí dentro y activar la máquina. Sus restos mortales reposan ahora en una bolsa, junto a los de Álvaro. pic.twitter.com/EAvkZdAlbZ
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 13 de mayo de 2018
La máquina ha desaparecido, acelerando el atardecer y eliminando la esperanza de volver a nuestra época una vez corrijamos el pasado. Son nuestros compañeros caníbales los que ahora están allí. Confiamos en que nuestras acciones corrijan el futuro y borren su existencia. pic.twitter.com/FDBM6hYhiz
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 13 de mayo de 2018
Un pensamiento nos inquieta: ¿somos nosotros los responsables de todas las desgracias futuras? El aspecto de nuestros compañeros caníbales era muy parecido al de los zombies de los que escapamos, los que aparecieron en nuestro futuro sin motivo alguno.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 13 de mayo de 2018
Nos hemos despertado más optimistas. Quizá seamos responsables de nuestras desgracias, pero confiamos en llegar a ser también nuestros propios salvadores. Ha llegado el momento de poner en marcha nuestra misión. Hemos viajado hasta el pasado para detener al Maestro Stafa. pic.twitter.com/stsAizGr8s
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 14 de mayo de 2018
Si la cronología es correcta, son las acciones del Maestro Stafa y su Grupo Beta las que desencadenarán los lamentables acontecimientos que pretendemos evitar. Hemos llamado al número de su anuncio desde diferentes teléfonos. Nos ha atendido el Secretario del Maestro. pic.twitter.com/rHpNORZDgU
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 14 de mayo de 2018
El Secretario nos ha citado en la sala en la que se reúnen sus adeptos. Hemos ido llegando a lo largo de toda la mañana, separados, para no levantar sospechas. Vamos a infiltrarnos para acabar con el Maestro Stafa y su Grupo Beta desde dentro. Juntos podemos.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 14 de mayo de 2018
Tras la primera sesión con el Maestro Stafa hemos decidido seguirle. Vive en una chabola, en el barrio de Arganzuela. Es un hombre humilde. Amparo opina que quizá la cronología sea errónea: este hombre no parece el responsable de todos los males que destruirán nuestra sociedad. pic.twitter.com/EE9NlYullw
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 15 de mayo de 2018
Para asegurarnos hemos decidido tentarle con ciertas comodidades. De entrada le hemos facilitado vivienda en un piso, pero su humildad es demoledora. Ha pedido que forremos suelo, paredes y ventanas de periódicos. No se siente digno de estos lujos.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 15 de mayo de 2018
Comenzamos a comprender la aparente humildad del Maestro Stafa: basa su fe en la dualidad, en que el universo conspirará para recompensarle si lleva una vida desprovista de cualquier lujo. Nos anima a seguir su ejemplo. Hemos guardado toda nuestra ropa en cajas. Estamos desnudos. pic.twitter.com/1q7qBqlqjh
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 16 de mayo de 2018
El Maestro nos propone un juego: se llama sexo. Nos empareja a cada uno con la persona de la sala más opuesta posible, tanto a nivel físico como intelectual. Nos asegura que se lo agradeceremos. El suelo está frío, pero nuestros cuerpos están calientes.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 16 de mayo de 2018
Ha sido una noche maravillosa. Diez horas de encuentros sexuales con personas cuyo único lazo es la misión que compartimos nos han abierto los ojos a un mundo nuevo. Nos sentimos en sintonía con el universo y con nosotros mismos. Salimos a difundir la palabra del Maestro. pic.twitter.com/FLtrtQhjPR
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 17 de mayo de 2018
Pese a las previsibles reticencias, la palabra del Maestro comienza a calar. Somos el Grupo Beta y somos dualistas. Todos podemos serlo. Es el camino a un mundo libre. En las ciudades comienzan a fomentar nuestra creencia llevando el concepto de lo dual hasta el espacio público. pic.twitter.com/6PbAPiLSwa
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 17 de mayo de 2018
Andrés y Mónica nos han llamado a todos para que contemplásemos un momento precioso: los animales han comenzado a comportarse también como dualistas. Nuestro movimiento es imparable. El Maestro Stafa es el presente pero también el futuro. Salve, Maestro.
Seguiré informando. pic.twitter.com/aX9m7rlSvY
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 17 de mayo de 2018
Nos hemos repartido las tareas. Miguel, Rosario y Sabrina me acompañan para transmitir la palabra sagrada del Maestro entre un grupo escogido de nuevos adeptos: aquellos dispuestos a abrirnos su bolsillo como ofrenda a la doctrina del Maestro Stafa. Salve, Maestro. pic.twitter.com/k7gEo3rDjy
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 18 de mayo de 2018
Diego y Diana se han reunido con el Maestro para grabar unos mensajes en vídeo que luego difundiremos por todos los medios a nuestro alcance. Nuestro objetivo: que ni un solo ser en todo el planeta pierda la oportunidad de conocer al Maestro Stafa. Salve, Maestro. pic.twitter.com/GwQ5D9qm9y
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 18 de mayo de 2018
El Secretario del Maestro se ha reunido con el resto de compañeros para preparar una multitudinaria rueda de prensa que tendrá lugar mañana. Tenemos algo importante que comunicar al mundo de parte del Maestro Stafa. Salve, Maestro.
Seguiré informando. pic.twitter.com/GfYVJsser9
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 18 de mayo de 2018
Todo está preparado. Quinientos sesenta y tres periodistas se arremolinan ante la puerta de entrada a la gran sala que tenemos preparada para la rueda de prensa. Hay mucha excitación en el ambiente. Una frase se repite, prácticamente un ruego: «Queremos ver al Maestro Stafa». pic.twitter.com/5GtAt4wWKV
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 19 de mayo de 2018
El Secretario del Maestro no tarda en dar la noticia: hemos reservado el Palacio de Deportes de Madrid para un encuentro con el Maestro Stafa. Tendrá lugar mañana. Fieles de todo el mundo asistirán a la liturgia que todo lo cambiará.
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— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 19 de mayo de 2018
Llegó el momento. Cien millones de personas de todo el mundo nos hemos reunido en el Palacio de Deportes de Madrid ubicándonos según las indicaciones del Maestro Stafa. Escuchamos su voz por megafonía: «Kiotepp mungthe joulesh katriuka Dinga Sussihdd kalistakaa monotepp di tobb». pic.twitter.com/LPMn1fUXzp
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 20 de mayo de 2018
El mensaje se repite una y otra vez. Podría traducirse como «Mientras creáis en mí, podré utilizar vuestra energía para traer a este mundo a Sussihdd el Destructor». El escenario se prepara para la llegada del Maestro, y en ese momento me fijo en Juan. Y lo recuerdo todo. pic.twitter.com/6WFTRdpnXv
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 20 de mayo de 2018
Me doy cuenta de que hemos caído presos de la secta de Maestro Stafa, ayudándole en su diabólico plan de destrucción. Recuerdo todo. Dejo de creer y recuerdo nuestra misión. Recuerdo a nuestros compañeros caníbales. El universo se desgarra por dos puntos sobre el escenario. pic.twitter.com/ZGoaCqjPKl
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 20 de mayo de 2018
Mi pensamiento ha alterado los planes del Maestro. Por una de las grietas en el tejido del universo se cuela Sussihdd el Destructor, pero por la otra aparece la máquina del tiempo en la que enviamos a nuestros compañeros caníbales al futuro. Cien millones de personas enloquecen. pic.twitter.com/adDyUBamKf
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 20 de mayo de 2018
Sussihdd el Destructor destruye. Es gigantesco. Pero nuestros compañeros caníbales son muchos y se mueven rápido. Comienzan a devorar los tentáculos de Sussihdd el Destructor. Luego sus garras. Luego sus ojos. Por último, sus doce lenguas. Reina el caos. pic.twitter.com/jDdzbupyMo
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 20 de mayo de 2018
Nuestros compañeros caníbales sacian por fin su hambre. La digestión de Sussihdd el Destructor tiene sobre ellos un efecto similar a cuando el resto cruzamos por las cabinas. Vuelven a ser ellos. Lo hemos conseguido. Hemos salvado el futuro.
En ese momento, tropiezo y me mato. pic.twitter.com/SQXtOEtYQQ
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 20 de mayo de 2018
Despierto sobresaltado.
La cabeza me duele.
No recuerdo quién soy ni dónde estoy.
Abro los ojos.
Me cuesta enfocar la vista.
Cuando lo logro veo algo.
Es gotelé. pic.twitter.com/Hifc4N7yvn— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de mayo de 2018
Me levanto.
Registro la casa.
Está vacía.
En la cocina, restos de una cena.
Hago un cálculo rápido.
Parece la cena de tres personas.
¿Dos adultos y un niño? pic.twitter.com/tisNtgD9Qi— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de mayo de 2018
Lo confirmo: hay un niño.
Encuentro sus juguetes.
Comienzo a recordar.
Es mi hijo.
Vivo en esta casa.
Con mi novia y con el niño.
Somos sus padres.
Camino a otra habitación. pic.twitter.com/x4UAassM73— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de mayo de 2018
Es un despacho.
Papeles en una mesa.
Me fijo en ellos.
Son dibujos.
¿Soy dibujante?
Soy dibujante.
Abro una agenda.
Veo una fecha de entrega.
Tengo que escribir.
Tengo que dibujar.
Tengo que trabajar. pic.twitter.com/kalXPbsov0— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 21 de mayo de 2018
Pasan los días.
Me instalo en la rutina.
Despierto.
Llevo a mi hijo al colegio.
Trabajo.
Como con mi novia.
Trabajo.
Recojo a mi hijo del colegio.
Ceno con mi familia.
Duermo. pic.twitter.com/mvCcDoTfhc— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de mayo de 2018
Tenemos amigos.
Les citamos en un picnic.
Me alejo y les contemplo.
Hay algo extraño en todo esto.
Me vienen nombres a la cabeza, pero no es el de ninguno de ellos.
Juan.
Ester.
Ana.
Francisco.
Lorena.
Xavier.
Sofía.
¿Quiénes son?
No lo sé.
Buf.
Necesito unas vacaciones. pic.twitter.com/WxPVfGJWII— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 22 de mayo de 2018
Estamos de vacaciones.
Tengo tiempo para pensar.
Algo no encaja.
Siento ser yo pero también otro.
Otra persona.
Otra vida.
De algún modo, la idea me tranquiliza.
La idea de ser otro. pic.twitter.com/h1Jz3EX84O— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de mayo de 2018
Doy un paseo por la playa.
Fotografío mi sombra.
Miro la foto.
Miro mi sombra.
Pienso en el otro.
Se me ocurre una historia. pic.twitter.com/9u85442Q4m— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de mayo de 2018
Escribo la historia.
Me divierte hacerlo.
Conecta con mis sensaciones.
Mucha gente conecta con ella también.
Se vuelve popular.
Es ficción, pero quizá oculte una parte de verdad.
No lo sé.
Solo sé que esto se acaba.
Las vacaciones.
He de volver a la rutina. pic.twitter.com/sZQjiks2mz— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 23 de mayo de 2018
Una carta en el buzón.
A mi nombre.
Está ahí cuando vuelvo a casa.
Está escrita de forma apresurada.
Alguien que dice conocerme tiene información que necesita transmitirme.
Habla de una victoria en falso.
De un universo desgarrado en dos.
Me cita en un parque.
Dice llamarse Juan. pic.twitter.com/pZ85drvNWV— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 24 de mayo de 2018
Llego al parque y le veo.
Es Juan.
No recuerdo haberle visto nunca pero siento que le conozco de toda la vida.
Grito: «¡Juan!».
Él se gira y me sonríe.
Y entonces echa a correr.
«¡No es seguro!», me grita.
«¡Espera!», digo yo.
Pienso en correr tras él, pero veo algo. pic.twitter.com/0uQ1n5ZoaT— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 25 de mayo de 2018
Hay un paquete debajo del banco.
Lo abro y encuentro varias decenas de hojas manuscritas.
Juan me habla de una misión.
De una secta.
De una invasión extraterrestre.
De caníbales.
De una falsa realidad, la que ahora vivimos, más próxima a una simulación.
Nuestro lugar es otro. pic.twitter.com/dK91eGMjdV— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 25 de mayo de 2018
Junto a las hojas, un pendrive.
Juan me apremia a que vea su contenido.
Dice haberme encontrado gracias a la historia que inventé durante mis vacaciones.
Dice que tenemos que encontrar a los demás.
Que podemos repetir la misión.
Que esta vez contaremos con toda mi información. pic.twitter.com/QyYe2F3WeU— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 25 de mayo de 2018
Pienso que Juan es un loco, pero el contenido del pendrive me hace cambiar de opinión.
Son fotos.
Sin orden ninguno.
Pero las reconozco.
He vivido todo esto.
Otra vida.
Otro mundo.
Creo que puedo organizarlas, darles un sentido. Así que me siento, elijo una foto y tecleo: pic.twitter.com/3Rco86cbTH— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 25 de mayo de 2018
El IMAX de Madrid se encuentra en el año 2098. Sirvió de refugio durante la Tercera Guerra Mundial, sobrevivió a la lluvia ácida del fatídico invierno de 2073 y actualmente lo frecuentan hordas de zombis que cruzaron desde el otro lado del Manzanares. pic.twitter.com/HGR6F402i9
— Manuel Bartual (@ManuelBartual) 25 de mayo de 2018
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