La historia de Pioji
La historia de Pioji
Historia de Pioji:
Un pajarito recién nacido estaba a la salida de mi casa en el cemento. Una tía lo vio y empezó a gritar que estaba vivo y me pidió que intentara devolverlo al nido. Lo intenté pero era imposible y con esa cosa tan pequeña en mis manos no supe qué hacer + pic.twitter.com/nDw2x8cLVj— Nicol Sepulveda N. (@lavidadenicol) 25 de abril de 2019
Lo único que pensaba era que no quería verlo morir ni que muriera en mis manos. Así que se me ocurrió darle calor con un guatero y un nido que encontré meses antes y empecé a investigar qué darle de comer. Justo dio la coincidencia de que yo contaba con todo pada cuidarlo.
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Tenía una jeringa pequeña y molí avena con agua tibia y se lo di. Fue genial que recibiera mi comida. También tenía un nido de pajita que encontré en la calle y lo puse ahí. Empecé a darle comida cada 1 hora. pic.twitter.com/yxf8etU7ZJ
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La primera noche no tenía esperanza de que viviera, y como no queria verlo morir lo dejé lejos de mi pieza. Desperté aprox a las 7 am a verlo y pensé que estaba muerto, lo tomé en mis manos y vi que todavía respiraba así que emocionada volví a darle mucho calor y alimentarlo.
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Un video del día 2. pic.twitter.com/u5UUK0lF6S
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El día 3 dije que si seguía vivo le pondría nombre, y vivió así que lo bauticé (bautizamos porque en twitter también me ayudaron a escoger nombre) como Piojín ?? pic.twitter.com/z5j9Rb3gW9
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A todo esto, para cuidarlo dejé de dormir porque me despertaba a las 5 am a cambiarle guatero, a prepararle la comida, y me preocupé de alimentarlo cada hora. Falté hasta a un control médico ? y prácticamente no salí de mi casa por más de 1 hora. Estaba loca jajajaj
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Pero pensaba que estaba pasando algo muy improbable (mantenerlo con vida) y no quería fallarle 🙁 pic.twitter.com/2Ql9f1DAjY
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Poco a poco iba creciendo y aprox por el día 6 le fueron saliendo plumitas. Seguía comiendo cada 1 hora y en vez de avena empecé a alimentarlo con una papilla de nestum, ensoy, y comida de gato. pic.twitter.com/Cfidlek1kg
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También se fue poniendo super fotogénico y cuando pudo caminar lo primero que hizo fue subir a mi hombro como loro de pirata. Le encantaba estar ahí ? pic.twitter.com/H2hPwJ91n1
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Creo que esta fue una de las primeras veces que caminó, aprox día 8 🙂 yo no sabía nada de pájaros así que no sabía si era zorzal o gorrión. Con el tiempo supe que era gorrión. Tampoco sabía si era macho o hembra. pic.twitter.com/d4WBDd8ujU
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De a poco fue moviendo sus alitas y empezó a saltar para querer volar. Lo bueno es que los pájaros crecen super rápido asi que ya no era tan sacrificado cuidarlo. pic.twitter.com/hiWULsOo9x
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Por otro lado yo estaba trabajando super intensamente en la agenda, así que pioji también me acompañó y me sirvió de distracción para que no me comiera el estrés. pic.twitter.com/zVqrts71bX
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A las 2 semanas aprox ya no comía con jeringa, empecé a darle algo que se llama pasta de cría con una mini cuchara. pic.twitter.com/G0ZXe48Aoz
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Mientras yo trabajaba en la agenda pioji crecía. Y le hablaba de repente para saber si estaba bien o si estaba ahí, y me respondía ? pic.twitter.com/LmXT40km75
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Años atrás mi abuela tuvo unas catitas y conservamos la jaula, y cuando pioji ya era un pájaro adolescente lo puse en la jaula para que estuviera a salvo de mis gatas y pudiera tomar el sol desde la ventana. pic.twitter.com/V90B6r8BxA
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Su rutina era: en la mañana tomaba el sol en la ventana, y en la tarde lo sacaba para hacerlo practicar volar. Siempre lo tenía con la ventana abierta para que escuchara a otros pajaritos y se comunicara. pic.twitter.com/l7PlYZL0jR
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Por el color de su plumaje supe que no era piojin sino piojina! Alias Chicha y también le decía pioji que era más unisex ? siempre que la tomaba volaba a mi hombro/cuello. pic.twitter.com/91SPukNIKZ
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Ya llegaba la navidad y para mi fue un regalo poder ver cómo crecía y saber de lo que somos capaces con un poquito de dedicación. A todos se nos puede presentar la oportunidad de ayudar y podemos simplemente ignorar, pero con elegir ayudar podemos salvar una vida. pic.twitter.com/GE34noCVyl
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También empecé a hacerle clases de supervivencia. La sacaba en un momento del día y la subía a un árbol para que picara bichos, tierra, semillas, y se encontrara con otros pájaros. pic.twitter.com/QE2sP62IZq
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Un día las clases de supervivencia fueron super lejos y Pioji voló al techo en donde yo no la alcanzaba. Pensé que se iría pero volvió volando a mi hombro luego ? pic.twitter.com/tcQkr743w1
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Bueno, continuando con la historia de Pioji, de a poco empezó a comer solito y le daba varias cosas de comer. Acá está aprendiendo a comer alpiste, y también le picaba un huevo duro y se lo daba también con la cáscara. pic.twitter.com/UWbFnaxisY
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De golosinas le gustaba la lechuga pic.twitter.com/rNrazrGKQL
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Y las frutillas también le encantaban. Le tuve que dar vitaminas porque se le comenzaron a caer unas plumas y estuvo un tiempo sin poder volar... pic.twitter.com/dWV2Msiy56
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Bueno y también como pensaba que yo era su mamá, intentó comer algunas veces de lo que yo comía ? me reía harto porque era una cosa tan chica pero tenía carácter. pic.twitter.com/xn4F5fX7l9
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Llegó el día también en que creció lo suficiente como para adjudicarse un subsidio, pero como no tenía ahorros solo pudo optar por una mediagua. En la noche se acostaba ahí para dormir calentita. Se veía demasiado tierna pic.twitter.com/zmK5dvCFuP
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Chicha llegó un 4 de diciembre y el 5 de febrero ya llevaba 2 meses conmigo. Las vitaminas le estaban ayudando a que crecieran sus plumas, y aquí quiero detenerme un poco para explicar lo que hice. Existe en los animales lo que se llama impronta. Es cuando + pic.twitter.com/T0DjHKDH52
— Nicol Sepulveda N. (@lavidadenicol) 25 de abril de 2019
Un humano “marca” a un animal por así decirlo, porque este lo ve como su madre, y adquiere comportamientos que no son propios de su especie, por lo tanto no puede adaptarse a su vida salvaje después. Y pioji se había improntado, lo que me preocupaba mucho porque según lo que veía
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En mi casa no iba a ser libre ni feliz. Tenía 3 gatas (ahora 4) y también perras, entonces no podía volar tranquila ni andar suelta en la casa. Si seguía tan cerca mío nunca iba a volar ni hacer vida de pájaros, así que me propuse sacarla aún más veces al patio y acercarme
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A ella lo justo y necesario. Solo para darle comida, cambiarla de habitación o sacarla al patio. Siempre que la sacaba la vigilaba, y ella caminaba, picaba tierra, andaba un poco... pic.twitter.com/uyRY1aSJGU
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Y luego siempre volvía a mi mano. pic.twitter.com/GwL12yLokt
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Sus plumas estaban creciendo más fuertes, estaba comiendo súper bien, y cuando le abría la jaula salía disparada volando, así que chicha de a poco se fue preparando para la vida que debería tener. Aunque pasaba menos tiempo con ella, ella seguía subiéndose a mi cuello. pic.twitter.com/PViRNgMdso
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Unos días más tarde, era fin de semana, la saqué al jardín y pasó algo totalmente inesperado.
Como siempre, comenzó a picar bichitos y andar, pero se le ocurrió volar fuera de la reja, hacia la calle...
Estaba en la vereda y llegó un gorrión al lado de ella.— Nicol Sepulveda N. (@lavidadenicol) 25 de abril de 2019
En eso pasó un auto y ambos pajaritos se asustaron y salieron volando. Nunca la había visto volar tan lejos ni con tanta fuerza ?. Voló tan lejos que se confundió con otros gorriones que estaban cerca. Preocupada salí y comencé a llamarla. La busqué por las casas cercanas
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Mirando todos los árboles y arbustos... y no había rastro de ella. No podía creer que en un segundo se fue, y me puse triste, porque quizás ella estaba preparada para irse pero yo no. Al mismo tiempo pensaba en la vida que estaba teniendo conmigo y la que hubiese tenido,
— Nicol Sepulveda N. (@lavidadenicol) 25 de abril de 2019
sabía que había hecho lo correcto al sacarla todos los días al jardín y al alejarme de ella. Ella había sacado fuerzas para irse, se sentía preparada.
Espero que esté bien y que se haya adaptado a la vida afuera. Desde que tuve a chicha miro diferente a los pajaritos en la calle— Nicol Sepulveda N. (@lavidadenicol) 25 de abril de 2019
Antes no les prestaba atención, ahora los miro para ver si alguno vuela a mi, incluso la llamo: ¡Chicha! Y me emociono cuando los veo en mi patio. Quizás un día venga a saludarme, y si no, me quedo con el recuerdo de ese milagro. Este fue el último video del día en que voló. pic.twitter.com/fOqjV16bXj
— Nicol Sepulveda N. (@lavidadenicol) 25 de abril de 2019
Y bueno, esta fue la historia de Chicha. Una pajarita minúscula pero que me enseñó cosas grandes. Muchos nos encariñamos con ella, y quizás ustedes también gracias a ella ahora presten atención a esas oportunidades que nos da la vida para ayudar a los más pequeños ❤️
— Nicol Sepulveda N. (@lavidadenicol) 25 de abril de 2019
Cuando piojina se fue le dibujé este homenaje ? pic.twitter.com/EyGNgEjOdC
— Nicol Sepulveda N. (@lavidadenicol) 28 de abril de 2019
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