Emil y Xaver
Emil y Xaver
El otro día os prometí que os explicaría el misterio que se esconde tras esta lápida en la que reposan dos soldados del Imperio Austrohúngaro que lucharon y murieron en la I Guerra Mundial… y que fueron enterrados juntos. Hilo va. pic.twitter.com/rEdzwIN98k
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
En el punto más alto de Sighisoara (Rumanía) se alza la Iglesia de la Colina. A ella se llega por unas empinadas escaleras cubiertas, una de las atracciones del lugar que podéis ver aquí en una foto que tomé. pic.twitter.com/WmqpETHLE9
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
En esta maqueta de la ciudad se aprecia mejor el túnel de madera que da acceso al templo y al pequeño edificio anexo, una escuela de secundaria que aún hoy funciona como tal (y que será importante en la historia). pic.twitter.com/lWTnBSgfwY
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Al lado de la iglesia hay un cementerio alemán (esta zona de Transilvania fue repoblada por alemanes desde el S.XII y sus descendientes fueron enterrados allí). Y es en ese lugar donde encuentro el memorial de las víctimas de la I Guerra Mundial. pic.twitter.com/KD8da7vAHX
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
No son más que 30 tumbas dispuestas de manera simétrica. Una tumba para cada soldado, como esta, que llama mi atención por el bello nombre del mosquetero fallecido. pic.twitter.com/H4p6xcQwvz
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Pero una de las tumbas es distinta. En ella hay dos cuerpos: los de Emil Muler y Xaver Sumer. Aquí la podéis ver con detalle. pic.twitter.com/6seUvGEbAp
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Cuando veo la lápida, lo primero que hago es pensar mal (como todas vosotras), así que me dirijo de vuelta a la iglesia en busca de más información. pic.twitter.com/NuDmN3I8I8
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
El único ser vivo cercano es la señora que vende las entradas del templo (8 LEI rumanos/1,72 euros). No habla casi inglés, pero entiende a qué me refiero cuando le enseño las fotos de mi móvil.
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Se ve que no soy el primero al que ha llamado la atención la tumba doble. Le pregunto por qué fueron enterados juntos y ella se encoje de hombros y se limita a decir “prieteni”.
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
“Prieteni” significa “amigos”. pic.twitter.com/ZK95UtPdCS
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
¿Qué clase de amigos?, pregunta la marica romántica que hay en mí. Pero la señora no está por la labor. Coge un mapa y señala un punto concreto: la famosa Torre del Reloj del centro de la ciudad. pic.twitter.com/rl4lm5HhxI
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Está claro que si quiero más respuestas tengo que dirigirme allí. Y enseguida entiendo por qué. La Torre medieval no es solo el principal atractivo turístico del lugar. También alberga el museo de historia de la ciudad. pic.twitter.com/cQEvSMm02S
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
A medida que asciendo por laberíntico entramado de escaleras de la torre, me voy encontrando con salas dedicadas a diferentes períodos históricos. Una de ellas está dedicada a la I Guerra Mundial.
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
En esa sala encuentro armas originales de la contienda, mapas del frente oriental y fotos de personajes de la época. pic.twitter.com/Krzr9hPdMj
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Destacan las de los Muler, una adinerada familia de origen alemán que se instaló en Sighisoara proveniente de Sibiu a finales del S.XIX. Los señores Muler tuvieron dos hijos: Adolf y Emil. pic.twitter.com/mcPZIYkKI6
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
¡EMIL MULER, maricón! pic.twitter.com/GAMss4kuiq
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Los Muler se enriquecieron con la siderurgia e impulsaron la reconversión industrial de la zona. De ahí que existan tantas fotos de su familia. Pero a mí me interesaba solo Emil, que ya de pequeño parecía olerse que su vida iba a ser muy chunga. pic.twitter.com/7cJTFS7mrd
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Lo único que averiguo de él es que fue a la escuela de la colina con su hermano mayor. Aquí salen los dos con un amigo. Emil es el de la derecha. pic.twitter.com/BtqAP9QMrC
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Lo primero que compruebo es el nombre del "amigo", pero parece ser un tal Hermann nosequé, que no pinta nada en esta historia. Thank you, next.
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Lo que sí llama mi atención es que no deja de ser escalofriante que la escuela de Emil estuviera a pocos metros del cementerio donde sus restos reposarían para siempre. ¿Quién se lo podía imaginar? pic.twitter.com/9SgfWGdjUd
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
De hecho, ¿quién se podía imaginar que en verano de 1914 estallaría la peor guerra imanigable? A las pocas semanas, padre e hijos fueron llamados a filas. pic.twitter.com/JeKSENHAbA
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
A Emil no se le ve muy feliz. Tuvo que interrumpir sus estudios en la Universidad de Múnich a la que había sido enviado. Y claro, a nadie le gusta que se le acabe el Erasmus porque los Imperios europeos han decidido aniquilarse entre sí. pic.twitter.com/MgEb7UEWju
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
¿Y qué le pasó en la guerra? No lo sabemos. Lo único que dice la ficha de su foto es que fue herido en 1915 y trasladado al hospital militar de Sighisoara, donde murió unos meses después. pic.twitter.com/FK5TXEGK8P
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Y nada más. En la sala no encuentro más información de Emil Muler. Y lo peor: tampoco de su amigo Xaver Sumer. De él no hay ni rastro. pic.twitter.com/6XJnUmPszg
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Las preguntas sin respuesta se acumulan. ¿Quién era Xaver Sumer? ¿Se conocieron en la guerra o a su vuelta? ¿Por qué Emil no descansa con su familia en el mismo cementerio? ¿Por qué están enterrados juntos si no murieron a la vez? pic.twitter.com/bymM372I1i
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Salgo del museo temiendo que nunca averiguaré la verdad de lo ocurrido, pero algo inesperado ocurre. Algo que arrojará luz sobre toda esta historia… pero eso mejor ya os lo cuento mañana, que me caigo de sueño. pic.twitter.com/KDvqowuuAi
— Guillem Clua (@guillemclua) 22 de noviembre de 2018
Por fin tengo algo de tiempo y puedo retomar el hilo sobre el misterio que esconde la tumba de Emil Muler y Xaver Sumer, enterrados juntos en el cementerio alemán de Sighisoara (Rumanía) durante la I Guerra Mundial. Perdonad el retraso. pic.twitter.com/z0okfvtx55
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Recorro todas las salas de la Torre del Reloj en la que se encuentra el museo buscando algo más. Mucha vitrina, mucha vasija y mucho cartelito, pero ningún rastro del compañero de tumba de Emil. pic.twitter.com/D9A3XlF6KV
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Me encuentro en un callejón sin salida y con la cabeza llena de preguntas. ¿Quién era Xaver y qué conexión tenía con Emil? ¿Por qué Emil no descansa con su familia, que tiene un panteón en el mismo cementerio? ¿Por qué descansan juntos si sus muertes están separadas por un año? pic.twitter.com/46OYgEjx41
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Afortunadamente, la casualidad tenía que cruzarse en mi camino para abrirme la puerta que me llevaría a desvelar todas estas incógnitas. pic.twitter.com/4dVL7mQAqr
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Mi última oportunidad es el señor que vende las entradas del museo. Cuando empiezo a hablar con él, se me abre el cielo: ¡habla un inglés perfecto! Le enseño la foto de la tumba y lo que he descubierto sobre Emil. pic.twitter.com/RlSkWmSTWZ
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
El señor no tiene ni idea de qué le estoy hablando. Me dice que él trabaja allí pero que en realidad es ingeniero aeronáutico, lo que me parece fascinante. Charlamos un rato y no tarda en preguntarme de dónde soy.
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
“De Barcelona, pero vivo en Madrid”, respondo. Y él sonríe: “you’re Catalan”. Yo le digo que sí, claro, y él me recomienda que visite el Restaurante Bastión. Resulta que el edificio en el que está fue conocido durante mucho tiempo como “la casa del catalán”. pic.twitter.com/gqOeIfGU0V
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
La coincidencia me hace gracia y además ya es hora de comer, así que me dirijo hacia el Bastión de los Carniceros. No tardo en encontrar el restaurante justo al lado (de ahí su nombre). pic.twitter.com/Lr2lW6SIwa
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Como viene siendo habitual desde que puse los pies en Rumanía, pido demasiada comida. Pruebo una sopa de remolacha, un goulash transilvano que casi me hace perder el sentido (foto), postre, vino y café. pic.twitter.com/HDYthJ3yqT
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Os preguntaréis por qué os estoy contando todo esto y qué coño tiene que ver con #EmilyXaver. Ahora lo entenderéis.
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Tras pedir la cuenta (todo por 6 euros, maricón), hablo con el camarero sobre el motivo que me ha llevado al restaurante. Me cuenta que efectivamente allí solía vivir una familia que, al parecer, tenía origen catalán.
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
No sabe decirme nada más. Cuando sus padres compraron la casa, ya en los años 90, el edificio estaba casi en ruinas, aunque conservaba algunos objetos de los antiguos propietarios.
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Entre ellos, algunos muebles, enseres de cocina y cuadros y tapices que están repartidos por las dos plantas del edificio. Me pregunta si quiero verlos y me lleva al piso de arriba. pic.twitter.com/JmLOnJQczY
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
En la escalera y la sala superior hay algunos cuadros. La mayoría son óleos sin firmar. Estampas amateurs de Sighisoara pintadas por autores anónimos. Uno de ellos llama poderosamente mi atención. pic.twitter.com/E15hYwwYmH
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Es una calle cualquiera de Sighisoara, con la torre del reloj al fondo, algo lúgubre, con un arbol medio muerto. Examino sus detalles y de repente, se me para el corazón. pic.twitter.com/9evAoALW0B
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
En la esquina inferior izquierda, el pintor ha firmado con su nombre. Primero pienso que me engañan los ojos, pero ahí dice claramente “X. Sunyer”. pic.twitter.com/jIi1RksflT
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Y de repente la tumba de #EmilyXaver vuelve a mi mente. Y visualizo el nombre de Xaver. Sumer. Sumer con un palito encima, algo que ya me pareció raro la primera vez que lo vi. pic.twitter.com/Cf6NSA6boC
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Y me pregunto si esa M originalmente era una N. ¿Y si Sumer era en realidad Suñer? ¿Y si Xaver Sumer era una germanización de un nombre catalán como Xavier Sunyer? ¿Era posible o se me estaba yendo la olla pero bien?
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
No tardo en salir de dudas. Bajo el cuadro está toda la información que necesito. El nombre del autor... y el título de su obra. pic.twitter.com/b9WC3escFY
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Emil’s room. La habitación de Emil. La casa que Xaver Sumer pintó era el hogar de Emil Muler. Y en el centro del lienzo, su ventana. Una ventana que significó tantas cosas, que tuvo que inmortalizarla en un lienzo. pic.twitter.com/XEh3TaPfMT
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
No puedo evitar emocionarme. Ese cuadro es la prueba de que #EmilyXaver se conocieron antes de la guerra. Xaver lo pintó es de 1913, cuando Emil ya se había ido a la universidad de Múnich.
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
Estaba claro que si quería más respuestas tenía que buscar esa casa. Y por mis huevos que iba a encontrarla. pic.twitter.com/OPXtefCMo6
— Guillem Clua (@guillemclua) 24 de noviembre de 2018
El hilo continúa aquí
Sorry, there was a problem.
Twitter returned the following error message:
Could not authenticate you.